martes, 15 de junio de 2010

¿Es inviable el Mundo?



Esta frase, me la ha venido repitiendo insistentemente un amigo, bajo una serie de argumentos, la mayoría con sobradas razones que esgrime cuando se las pregunto: es por la maldad, dice enfáticamente. Y termino dándole la razón. Por si no nos hemos dado cuenta, la maldad se ha vuelto cotidiana, así nos lo muestran los medios de información y comunicación. La mayoría de informes de una franja noticiosa, reporta las múltiples manifestaciones de maldad a que está llegando el hombre.

Otro punto en el que tiene razón es, que la visión que el hombre le ha dado a sus instituciones, no funciona; hay un desequilibrio evidente entre poder, riqueza y producción. Se ha desvirtuado el papel del poder, se utiliza para beneficio personal, o peor, para revanchismos individuales, aún a costa del sacrificio de unos cuantos, solo importa lo que yo esté sintiendo. La administración del Estado se ha convertido en una disculpa para alcanzar poderes insospechados; las Corporaciones quieren tomarse el poder, esas corporaciones, representadas en los grupos económicos y políticos, que en nuestro caso particular han sido permeadas por el narcotráfico, la guerrilla, los paramilitares o una delincuencia organizada, con capacidad indiscutible para doblegar los poderes públicos: un estado (congreso, gobernaciones, alcaldías, etc.) en cuya cabeza hay hombres que se embriagan de poder. Por eso es inviable el mundo. Son vicios tan arraigados en una sociedad permisiva, incluso con aspectos reprochables por el ser humano, como el asesinato, la corrupción o el aprovechamiento de medios a favor de pocos y como instrumento para alcanzar algo. El fin no puede justificar los medios.

Así lo expresó el investigador Daniel Estulin* en un discurso ante la clase política de Bruselas, al revelar la intención de la élite financiera de colapsar la economía global y convertir al mundo en una corporación de la cual solo ellos se benefician. Una frase que el investigador destacó del discurso, fue: ¿Qué sacaré yo de esto? Nace entonces el cuestionamiento, ya convertido en fenómeno internacional como reacción a la percepción de que el mundo está destinado a una catástrofe, a menos que las personas hagamos algo. Me pregunto: ¿Quién está en condiciones de deponer la posibilidad de enriquecerse y tenerlo todo a sus pies?

La posición de colapsar la economía global -según Estulin- es una propuesta planteada por Bilderberg, un grupo económico que representa la oligarquía francesa, con la idea de crear “la aristocracia del propósito”, o la forma de que las élites europeas y norteamericanas manejen el planeta, en otras palabras, “la creación de una red de enormes carteles más poderosa que cualquier nación”. Es parte de la teoría de la globalización, y, contrario a los que muchas personas piensan no se necesita dinero; el dinero no hace que el mundo de vueltas, no tiene valor intrínseco. Es la mente humana la que afecta el desarrollo del mundo, para bien o para mal; es en la mente humana donde está la maldad del hombre. La gran depresión no fue un evento que acabó con los capitalistas de Estados Unidos, si no por el contrario los hizo más ricos, al transferir la riqueza de la gente a las manos de lo que ya eran ricos; así fue como el Bank of América hizo miles de millones, a través de las ejecuciones de hipotecas; “no crean que los más ricos serán lastimados por el colapso que se viene, los únicos lastimados seremos nosotros, los que poco tenemos y no estamos dentro de esa pléyade de aristócratas”, dijo Estulín en su discurso.

La maldad en los hombres ha producido grandes tragedias, pérdida de vidas humanas y profundos dolores en la sociedad

Se ha repetido, nuestra dramática realidad es un reflejo de las tendencias del mundo y en el caso de Colombia, no importa quien salga lastimado, importa es mantener un poder oscuro, lleno de maldad, para seguir actuando en favor de los intereses de unos pocos (o al servicio de la aristocracia?). Qué bueno fuera que tuviéramos el coraje y la capacidad de deshacernos de personas que no hacen nada bueno; quizá no sean inútiles, pero si son malignos y muy peligrosos cuando detentan el poder. Y ejemplos a nivel mundial -y nacional- hay muchos.

Viene bien decir, el discurso no se refiere a un problema científico, sino a un problema moral, que hace más interesante la denuncia y deja una pregunta: ¿Qué tipo de futuro tendremos en 10 o 20 años?, ¿será que tendremos el derecho de soñar?, Si queremos tener ese privilegio, empecemos por destruir la maldad, para que esa posibilidad no se pierda, ello va a llevar mucho tiempo, pero sino comenzamos ahora, cuando lo logremos estaremos viviendo en un país atrasado y rezagado de todos los avances y el desarrollo que ha alcanzado el hombre. En estos momentos, cuántos colombianos estarán soñando vivir en un país más justo, más equilibrado y con menos maldad. Y no quiero aparecer radical, tenemos una riqueza inconmensurable que hace más válida la lucha, pero es un sentimiento tan fuerte que supera el de los buenos. Mahatma Gandhi dijo: “no me preocupan las cosas malas de la gente mala, me preocupa el silencio de la gente buena”.

“Por ejemplo, nos han dicho que el euro debe de ser salvado. Que el fracaso del euro traerá la caída de la Unión Europea. Eso es una mentira. La diversidad cultural no es solo el sello del progreso, sino una póliza de seguros contra la extinción humana, pues una vez nacido el concepto estado-nación, nunca muere”, dice un aparte del mencionado discurso. Esperamos y queremos, que aparezcan seres humanos valientes y cuerdos en defensa de ese planteamiento y se perfeccione el concepto; debemos aplicar la fraternidad para llevar a la humanidad a un estado de razón, solo así haremos historia y construiremos país no por la voluntad de una minoría mala, sino por aquellos, que aunque sean pocos, conduzcan el destino del hombre al equilibrio ideal de sociedad y no como una manada de vacas que es conducida ida y vuelta por las praderas, pero ocasionalmente también la llevan hacia el matadero.

Y ahora que estamos en la coyuntura, de quien es la culpa, ¿de la vaca?


*Investigador, periodista y escritor lituano.

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