lunes, 26 de abril de 2010

Nicho epoémico



Retomo mi nicho epoémico, porque está más allá del bien, del mal, de la política y de la ridiculez que produce el tener que ser lo que no queremos ser. Y para ello no podía traer a otra persona, perdón, a otra poetisa. Ella es Alejandra Segovia. La traigo porque se siente hermana nuestra. Ella es nacida en Caracas, Licenciada en Artes y profesora de ética en la Universidad Bolivariana de Venezuela. No se ha dejado llevar por esa guerra mediática y ve a Colombia como un país hermano, como lo vemos todos los que no creemos en ese juego de palabras con el que se pretende alcanzar popularidad.

Alejandra es honesta, espontánea y clara; su poesía refleja lo que siente y lo que presiente. Alejandra es amplia, sincera y auténtica, quiere su país, así como quiere su América, por donde ha transitado llevando sus versos.

Les dejo dos poemas de su tan prolífica producción, porque todos los días tiene un poema en su mente; Alejandra cree que el mundo sin poesía es caótico, enajenado y ella hace poesía, porque toda ella es poesía.

ANOCHE


He cerrado las puertas a través del tiempo
Con ardor, con dolor,
Alguien amaestrado llegó hasta la entrada
Sin permiso, sin aprobación
Quizá adelantó su mano, su cortés traje
En tantos intentos fallidos


La daga entró como el mar en la arena
En medio de la madrugada, sonriéndose
Y la hora imponía un tiempo
Preparaba esperas, ironías sabor a miel
Galopaba sobre jinetes, se dibujaba caricias


Tomaba cerveza, componía prosas
Apuntaba por la mira de las acciones
Degustaba con las nalgas los látigos
Alimentaba castigos y vestía en la boca
Un desafío inmediato


(Este es uno de los poemas con que ha hecho gozar, porque escribe para eso: para gozar y hacer gozar)  


HOY


Te enero, te febrero, de marzo
Me abrilas, me mayas, me junias
Te julio, te agosto te septiembre
Me octubras, me noviembras y me diciembras...

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