domingo, 21 de marzo de 2010

Carta a un amigo en el extranjero

Un amigo oriundo de República dominicana, me ha pedido un análisis de la jornada electoral que acaba de vivir Colombia, me dice que su país, próximamente llevará a cabo su proceso homólogo y quiere saber cómo vivimos la experiencia los colombianos. Me alegré al sentir que mi opinión sería punto de análisis, el cual desde muchas aristas traté de resumir y contextualizar con un punto de vista neutral.

Apreciado Andrés:

Bien se sabe que el presidente de la República -como cualquier persona que pruebe las mieles del poder- quiere perpetuar su poder adquirido a lo largo de sus 8 años; para ello, ha perfilado "esa" continuidad, en la candidatura de Juan Manuel Santos , quien fue su ministro de defensa durante casi dos años, tiempo en el que se dio la baja de Raúl Reyes y la famosa "operación jaque" entre otros buenos positivos para el país. Pero así mismo, otros episodios que no han dejado muy bien librado su periodo gubernamental, como los falsos positivos, las chuzadas a personalidades de Colombia, el alto índice de desempleo y otros casos de corrupción sin resolver que son materia de investigación.

El presidente Uribe durante su mandato, conformó una serie de partidos políticos (Partido de la U, Cambio Radical, Colombia Democrática, entre otros), para que le apoyaran su proyecto político, dejando al margen los partidos tradicionales de Colombia como son el Liberal y Conservador (conformados hace más de 100 años). Dado que su proyecto de continuar en la presidencia se cayó (por decisión de la Corte Constitucional), su más cercana posibilidad la ha cifrado en el señor Santos, aunque los logros ya mencionados han despertado simpatías, pero también cuestionamientos.

El debate electoral que acaba de pasar, donde se eligió el nuevo Congreso de la República, ha estado rodeado de una serie de circunstancias que siguen sobre la mesa y a días de realizado, que no se tenga claridad en los resultados, deja muchas dudas sobre la mesa, además de la denuncia de varias situaciones dudosas en regiones tradicionalmente polémicas, (la Costa Atlántica principalmente) como compra de votos, trasteo y participación en política de alcaldes y gobernadores –donde se comprometieron recursos del erario público, que la ley colombiana prohíbe-. Debo anotar que la campaña desplegada especialmente por el partido de la U en medios de comunicación de todo tipo, respaldando sus candidatos, fue bastante agresiva, lo cual se deduce fue una estrategia asumida por sus directivos para dar una lectura positiva de los resultados que efectivamente se dieron: el partido de la U obtuvo una votación abrumadora alcanzando 27 curules en Senado y 46 curules en la Cámara, lo cual da una gran ventaja en las decisiones que se tomen desde el Congreso de la República; ello debe tener absolutamente satisfecho al presidente, pues de hecho la opinión pública lo estará viendo como un triunfo anticipado de su candidato a la presidencia. A esto agreguémosle que partidos como el Conservador que hizo una alianza evidente con el presidente, obtuvo similares resultados, además de los obtenidos por un novato partido denominado PIN (Partido de Integración Nacional), cuya composición y recursos son de dudosa procedencia, pues se dice públicamente, es un partido compuesto por reductos de la parapolítica.

Los anteriores guarismos le dan al presidente una evidente tranquilidad para hacer en el Congreso de la República lo que le antoje, pues sumados los congresistas de los partidos mencionados, le dan casi un 60% de miembros del Congreso a su favor. Sin embargo, en la consulta hecha por el Partido Verde para elegir su candidato oficial a la presidencia, resultó con la mayoría el matemático y filósofo y exalcalde de Bogotá en dos oportunidades, Antanas Mockus, quien obtuvo una votación importante. Mockus es una figura de gran aceptación dentro de los colombianos, debido a su estilo pedagógico de hacer política.

Otro aspecto que ha generado polémica es el sistema de votación, que se hace a través de un tarjetón bastante complicado, donde no van los candidatos, solamente aparece el logo del partido y los candidatos se identifican con un número, que obviamente le queda muy difícil a ese gran número de colombianos que no tienen educación; así las cosas, a la cantidad de colombianos que se abstuvieron, hay que sumarle los votos nulos y el gran número de votos en blanco, esto quiere decir que el Congreso acabado de elegir no tiene la aprobación de la mayoría de los colombianos. 


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